VALORES
El respeto
crea un ambiente de seguridad y cordialidad; permite la aceptación de
las limitaciones ajenas y el reconocimiento de las virtudes de los
demás. Evita las ofensas y las ironías; no deja que la violencia se
convierta en el medio para imponer criterios. El respeto conoce la
autonomía de cada ser humano y acepta complacido el derecho a ser
diferente.
El respeto a las personas
es una aceptación y valoración positiva del otro por ser persona. Lleva
consigo una aceptación incondicional de la persona tal y como es. Es
decir, una aceptación sincera de sus cualidades, actitudes y opiniones;
una comprensión de sus defectos. En el plano humano, el respeto a las
personas implica no considerarse superior a nadie.
Todos
sentimos que tenemos el derecho a ser respetados por los demás en
nuestro modo de ser, de actuar y de expresarnos. Esto exige de nosotros
el deber de respetar igualmente a todas las personas.
El respeto a las cosas es una actividad de valoración de todos los
seres animados o inanimados, naturales o elaborados por el hombre, como
medios necesarios para la vida y la realización personal de los seres
humanos, en diversos niveles. En efecto, el hombre necesita de las cosas
para cubrir todas las necesidades vitales, desde las necesidades más
primarias y básicas (comida, vestido, alojamiento) hasta las necesidades
más elevadas (desarrollo intelectual, contemplación y creatividad
artística, etc.).
En concreto el respeto a las cosas lleva consigo actitudes de:
- Admiración y aprecio de la belleza de las cosas y de su utilidad.
Delicadeza en el uso y colaboración en el mantenimiento de las cosas que existen para el servicio y disfrute de todos.
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